"Ha habido una tendencia, desde hace varios años, según la cual la duración de un directivo en su puesto ha disminuido considerablemente", señaló a Bloomberg Lars Milberg, presidente de la Asociación para la Supervisión de Accionistas Corporativos de Suecia.
"A lo mejor hay menos paciencia y los inversores financieros están esperando unas ganancias más rápidas", añadió.
A nivel directivo, a veces no cabe lugar para los sentimientos. Los ejecutivos ineficientes son despedidos con expresiones duras y remuneración limitada. Como decía Gordon Gekko, el personaje encarnado por Michael Douglas en la película 'Wall Street': "los negocios son los negocios. Si quieres un amigo, cómprate un perro".
Cuando, la semana pasada, el banco Svenska Handelsbanken AB expulsó a Frank Vang-Jensen, el presidente del Consejo de Administración, Paer Boman, aseguró que el trabajo simplemente era "demasiado difícil" y le venía "demasiado grande" a una persona de 48 años. Al directivo lo echaron a la calle y lo indemnizaron con unos 19 millones de coronas (2,3 millones de dólares estadounidenses).
Otro caso de gran repercusión mediática fue el de Michael Wolf, de Swedbank AB, quien perdió el empleo por la sospecha de que usaba información privilegiada con fines particulares. Terminó en medio del frío sueco, ya que fue despedido en pleno febrero. Percibió el 75% de su sueldo (1,5 millones de dólares). La acusación que pesaba sobre él quedó retirada en abril por falta de pruebas concluyentes.
¿Decisiones algo precipitadas? ¿O efectos secundarios de una mala política de recursos humanos?
Milberg, el analista citado por Bloomberg, es tajante en su veredicto:
"El precio de la mediocridad ha sido demasiado alto" en "ciertas compañías", a las que se negó a nombrar.
"Nadie puede seguir en su cargo sin ofrecer resultados", coincidió Martin Guri, analista jefe del Nordea Bank AB de Estocolmo.
A pesar de que las acciones de las compañías afectadas a menudo pierden su valor a raíz de un despido inesperado, al fin y al cabo "la turbulencia abre camino a las mejoras en la gestión", si bien, a veces, "este camino está resultando algo pedregoso", admitió a Bloomberg un alto cargo de la compañía de seguros Floksam.
