Pásechnik, quien prometió fabricar 300 minicarros de combate por mes, recibió 180.000 grivnas (cerca de 7.175 dólares) para el diseño del vehículo. Sin embargo, el prototipo del tanque fue construido meses más tarde de lo planeado y por si fuera poco, tenía defectos.
"El robot pasó unos metros y luego empezó a echar humo y se incendió", comentó Yana Serdiuk, una de las voluntarias.
Después del incidente, Rostislav Pásechnik dejó de contestar las llamadas.
"Ya pasaron seis meses, y no hemos recibido nada, ninguna respuesta", declaró la voluntaria.
Sin embargo, los órganos encargados de hacer cumplir la ley se negaron a investigar el caso.
"Este tanque podría sustituir a los militares ucranianos, los cuales pierden sus vidas casi todos los días", agregó Serdiuk.
El propio Pásechnik se negó a comentar la situación.