El show resultó ser una fiesta de gran escala, con desfiles de coches retro, bailes y tradicionales canciones cubanas. Entre los invitados se pudieron observar muchas celebridades como Vin Diesel, Gisele Bundchen y Tilda Swinton.
El presidente de Chanel, Karl Lagerfeld, destacó que las autoridades cubanas les ayudaron en la preparación del desfile y les dieron una cálida bienvenida. Según el jefe de la casa, su nueva línea fue inspirada en la "riqueza cultural" de la isla.
Sin embargo, mientras los extranjeros ricos recorrieron libremente la ciudad en sus carros retro, varios cubanos no lograron entrar en el desfile, ya que no les dejaron pasar.
Uno de los aspectos más polémicos de la velada fue la participación de Tony Castro, el nieto del expresidente cubano, Fidel Castro. El familiar del líder comunista tomó parte como un modelo más del desfile.
Tony señaló que el desfile de Chanel fue un evento muy importante para Cuba.
"Es un orgullo para todos los cubanos que un gran evento como éste se realice aquí", afirmó.
Los medios locales informaron que días antes se llevó a cabo una operación policial con el objetivo de despejar las calles de La Habana de las personas sin hogar y de los enfermos mentales.
Aunque muchos cubanos se sienten felices por la apertura de su país, numerosas personas consideran estos eventos inadecuados para un país como Cuba, puesto que el salario medio se encuentra alrededor de los 25 dólares.