La británica estelar de 28 años reconoce estar harta de fotos de comida natural al 100 por ciento, poses de yoga y otros atributos del modo de vida sano, por lo que decidió hacer un portal donde hace una parodia a ese tipo de imágenes.
La actriz creó su cuenta hace unos seis meses para luchar con el sentimiento de culpabilidad que le producía ingerir hamburguesas, chucherías y golosinas, y descubrió que no es la única que sufre los efectos de la moda por todo lo light, bio y desea reivindicar todo lo insano.
Lo más curioso consiste en que sus fotos también las comparten aquellos que engrosan las filas de los veganos, vegetarianos, yogas, pues les parece divertido que la joven comente, con las mismas frases con las que se suele hablar del trigo sarraceno o de quínoa, un paquete de Haribo, de Cheetos, o una hamburguesa gigante, o que acompañe esas imágenes con #eatclean, añadiendo que se trata de comida libre de nutritivos.
Actualmente en Instagram son muy populares las cuentas que promueven la vida sana, ya sea las dedicadas a la alimentación saludable como a diferentes sistemas de ejercicios físicos.
En EEUU una ama de casa de 63 años, madre de cinco hijos, ha logrado que 95.000 personas sigan su portal, donde publica sus propias fotos y habla de los éxitos que ha logrado gracias a la gimnasia.
