Anna Bondesson, de 33 años y residente en la localidad de Bara, puede llorar solo con ver el queso, revela hoy el diario The Daily Express.
La muchacha confiesa que la fobia repercute en su trabajo y la vida amorosa.
"Una vez uno de mis compañeros de trabajo empezó a calentar una tarta de queso parmesano en el microondas y al cabo de unos segundos, cuando el queso empezó a emitir su olor, me entró pánico", confiesa Anna.
En otra ocasión fue el novio de la chica el que "dio la nota".
"Entró en el comedor con una enorme tabla de quesos", recuerda Anna.
Nada más ver al novio con el objeto de su fobia, la sueca se puso a llorar y abandonó la casa del anfitrión.
La pareja no volvió a verse nunca más, recoge The Daily Express.
