La cifra calculada por el Centro de Información de la Red de Internet de China (CNNIC, por sus siglas inglesas) supone un aumento de 30 millones respecto al año anterior. El CNNIC considera como usuario al que se ha conectado a internet al menos una vez en seis meses.
El auge de internet en China ha posibilitado una sociedad más abierta gracias a un intercambio constante de información entre cientos de millones de usuarios que hablan tanto de los últimos rumores de las celebridades como denuncian las injusticias sufridas.
Pekín estimula el uso de internet como fuente de riqueza nacional al mismo tiempo que intenta embridar el flujo de información con su "Gran Cortafuegos" o "Gran Muralla Cibernauta".
Servicios populares en el resto del mundo como Google, Facebook, Twitter o Facebook están bloqueados en China, al igual que informaciones sobre sus líderes u organizaciones consideradas hostiles como Amnistía Internacional o los tibetanos en el exilio.
La última vuelta de tuerca de la censura ha afectado a las redes privadas (VPN, por sus siglas inglesas) que han permitido regatearla hasta ahora a base de encriptaciones y redireccionando el tráfico hacia servidores en el extranjero.
Algunos de los VPN más célebres han dejado de funcionar en los últimos días después de haber sufrido ataques más sofisticados que en los últimos años, según expertos del sector. Muchos usuarios en China se preguntan entre ellos qué proveedores sobreviven aún a la última operación censora.
La compañía Astrill ha comunicado a sus usuarios que sus servicios para teléfonos móviles de Apple han quedado bloqueados en un mensaje que explica que esa es la forma de China de decirles: "No os queremos aquí".
La actividad de muchas pequeñas y medianas compañías que dependen del correo Gmail quedarán seriamente afectadas, mientras que las grandes pueden conectarse directamente con servidores del exterior sin necesidad de VPN.
El diario oficialista Global Times cita a Qin An, un experto del sector, quien justifica la censura como necesaria para salvaguardar la "soberanía del ciberespacio nacional".
