Los empleados del zoológico de Copenhague, donde fue sacrificada una cría de jirafa para evitar la consanguinidad reciben amenazas, informó la dirección del centro.
Marius, una jirafa de 18 meses, fue sacrificada el domingo a pesar de numerosas protestas de defensores de animales.
La carne de Marius fue servida a los leones del zoológico.
Según el director científico del recinto, Bengt Holst, la decisión del zoo era correcta y volverá a ser aplicada a cualquier otro animal si es necesario.
Afirmó que tras el sacrificio de Marius los empleados del zoológico y sus familiares reciben “amenazas directas”.
Holst precisó que él mismo había recibido una llamada por la noche y un desconocido le dijo que ni él ni sus parientes merecían vivir.
Antes de que la jirafa fuese sacrificada, varios recintos rechazaron darle cobijo, alegando problemas de espacio.
