Científicos británicos dirigidos por Peter Rothwell, de la Universidad de Oxford, al realizar unos estudios llegaron a la conclusión de que la aspirina tiene propiedades antitumorales, dice un artículo publicado en la revista The Lancet.
Al analizar datos de más de 50 investigaciones anteriores, Rothwell y sus colegas se fijaron en que el consumo regular de aspirina en dosis pequeñas durante cinco años reduce el 37% el riesgo de morir a causa de una enfermedad oncológica. Los pacientes que tomaban aspirina durante tres años registraban el 25% menos tales dolencias.
Los científicos dedicaron un estudio especial al problema de metástasis. Según sus resultados, en los pacientes que consumían aspirina en dosis pequeñas a diario el riesgo de desarrollo de metástasis disminuía el 36%. Para los que padecen cáncer del intestino recto o grueso, ese indicador fue del 74%.
Los autores del estudio señalan que la disminución del riesgo de morir gracias al consumo de aspirina no se observa en las personas que padecen enfermedades oncológicas del sistema sanguíneo.