Las autoridades de Alejandría, destinada a convertirse en la primera ciudad egipcia no fumadora, declararon una auténtica guerra a los cafés locales donde como es tradición árabe se ofrecen narguiles o pipas de agua a los clientes.
“No estamos dispuestos a renunciar a nuestra demanda de dejar de fumar narguiles en los cafés urbanos”, declaró a la prensa el gobernador de Alejandría, Adel Labib.
Añadió que las autoridades planean empezar pronto una nueva campaña destinada a convertir en zonas libres de humo las calles, los lugares públicos e instalaciones estatales de Alejandría, ciudad donde el tabaco y el narguile (pipa de agua) son ritos sociales.
Según la prensa, la policía local inspecciona cafés, confiscando narguiles y hasta cerrando establecimientos pillados.
Si no es por convicción, algunos egipcios se abstendrán de fumar por temor a las sanciones, que se fijan en 175 dólares para los fumadores y 5.260 dólares para los responsables de los establecimientos que vulneren la ley.
Sin embargo para muchos la costumbre de reunirse con amigos a fumar un narguile es más fuerte que las prohibiciones de las autoridades.
Muchos cafés por su cuenta y riesgo siguen ofreciendo a sus clientes el servicio prohibido, pero por un precio elevado.
Los dueños toman medidas de precaución y contratan avisadores para que vigilen la calle y avisen sobre aproximación de la policía.