Se pactó ampliar esa lucha con la ayuda de varios organismos internacionales, entre ellos la ONU, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y el grupo BRICS.
"Se constató un entendimiento común de la importancia de crear un frente amplio antiterrorista para combatir contra ISIS, Al Qaeda, el Movimiento Islámico de Turkestán Oriental [organizaciones terroristas proscritas en Rusia] y otros grupos radicales bajo el auspicio central de la ONU, basándose en las normas y los principios del derecho internacional, evitando el doble rasero", indica el documento de la Cancillería rusa.
Los representantes de Pekín y Moscú igualmente presentaron los esfuerzos que realizan ambos Estados "para prevenir y frenar el terrorismo a nivel nacional", así como su lucha contra el desplazamiento de los llamados extremistas extranjeros, según señaló el Ministerio de Exteriores ruso.