"La Policía local y los responsables antirradicalización buscaron toda la información que pudieron y contactaron con los servicios de inteligencia", dijo a este periódico el alcalde de la ciudad belga de Vilvoorde, Hans Bonte.
Abdelbaki es Satty, fallecido el miércoles en la explosión de Alcanar, se desplazó hasta esa ciudad en enero de 2016 para pedir trabajo en la mezquita de la localidad vecina de Diegem.
Según explicó Hans Bonte, su presencia en la ciudad despertó recelos, por lo que se iniciaron "muchos contactos desde la Policía Federal y la de Vilvoorde con fuerzas de seguridad de Barcelona".
Los Mossos d'Esquadra, la Policía autonómica catalana, mantienen que ni Abdelbaki es Satty ni ninguno del resto de integrantes de la célula que cometió los atentados de Cataluña —donde murieron 15 personas y otras 132 resultaron heridas— tiene antecedentes que les vinculen con el terrorismo.
Sin embargo, las autoridades no encontraron indicios sobre su vinculación con el grupo.
Abdelbaki es Satty pasó cuatro años en prisión (2010 y 2014) en España, pero por una condena por tráfico de drogas.
De acuerdo con la declaración judicial de los detenidos en el marco de los operativos policiales tras el atentado, el imán de Ripoll planeaba inmolarse en Barcelona.