"Los datos disponibles muestran que la infraestructura y los medios de transporte siguen siendo objetivos prioritarios de las organizaciones terroristas internacionales", dijo.
El 14 de agosto el Servicio del Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en ruso) informó haber detenido a cuatro miembros del grupo terrorista Estado Islámico (o Daesh, proscrito en Rusia y otros países), que preparaban ataques terroristas contra el transporte público y centros comerciales de Moscú.
El secretario del Consejo de Seguridad ruso también destacó que el uso de programas y tecnologías informáticas importados reduce el nivel de la seguridad de la información en Rusia.
"El amplio uso de tecnologías informáticas, programas y equipos de telecomunicaciones crea condiciones para la fuga de información, reduce el nivel de la seguridad de la información", dijo.
Añadió que "los ataques informáticos a gran escala en mayo y junio de 2017, que tuvieron el objetivo de alterar el funcionamiento de recursos informáticos de la Federación Rusa y muchos otros países, mostraron el potencial destructivo de estos programas informáticos maliciosos (malware)".
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Pátrushev subrayó que la confrontación en el ciberespacio ha pasado de la exhibición de la superioridad tecnológica a la coacción masiva con fines destructivos.
"El análisis del desarrollo de la situación en el ciberespacio muestra que la confrontación en esta área se agrava drásticamente y pasa de la exhibición de la superioridad tecnológica a la coacción masiva y sistémica con fines destructivos", dijo Pátrushev en una reunión sobre la seguridad nacional celebrada en el Distrito Federal Central.
Según opinan expertos, un peligro especial representa la fusión entre los grupos de hackers y organizaciones terroristas.
Las posibilidades que brinda esta unión podrían aprovecharse para organizar ciberataques masivos contra importantes instalaciones energéticas, centros de comunicación, sistemas de soporte vital y otros.
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Como consecuencia, se producirían situaciones de emergencia y catástrofes industriales con cuantiosas pérdidas humanas, materiales y económicas.
Además, se intensificó la actividad de los servicios de inteligencia extranjeros que intentan introducir software maligno (malware) en las redes informáticas de las instituciones públicas del país.
En mayo pasado un ciberataque global protagonizado por el virus extorsionador WannaCry afectó a más de 200.000 usuarios en 150 países.
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Al comentar el ataque, Pátrushev señaló que los ministerios y departamentos que utilizaban sistemas de seguridad informática estatal prácticamente no se vieron afectados, pero sí sufrieron daños los organismos que habían ignorado estos sistemas.