"Hasta nueva valoración del Ministerio de Relaciones Exteriores de la situación en Afganistán y hasta el reinicio de la labor de la Embajada de Alemania en Kabul, se realizarán regresos voluntarios y deportaciones solo de delincuentes y personas que puedan representar una amenaza", dijo Merkel en una rueda de prensa en Berlín.
La canciller reveló que 3.300 personas regresaron voluntariamente de Alemania a Afganistán en 2016 y 67 fueron deportadas, el número de deportados afganos en 2017 llega a 100 en total.
Los explosivos —unos 1.500 kilos, según la prensa afgana— habían sido colocados en un camión cisterna.
En el atentado sufrieron daños las sedes diplomáticas de Alemania, China, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Francia, Irán, Kazajistán, República Checa y Turquía, así como las oficinas de varios medios iraníes.
El grupo yihadista Daesh (Estado Islámico, proscrito en Rusia) se atribuyó la responsabilidad del ataque.