Se desconocen los detalles del caso, salvo que Pekín envió una notificación a Tokio y que las detenciones tuvieron lugar en las provincias de Hainan y Shandong donde hay bases navales.
Más de 10 supuestos espías japoneses fueron detenidos en China entre noviembre de 2012 y diciembre de 2015, y cinco más en los meses posteriores.
Por lo que trascendió a la prensa, se dedicaban a recoger información de carácter político, diplomático y militar para la Oficina de Seguridad japonesa.
A título oficial, Japón asegura que no realiza espionaje sobre China.