El ciberataque se produjo mediante un virus malicioso o "malware" en su red interna.
Este virus podría afectar a un centenar de ordenadores a nivel interno, pero no se vieron comprometidos los servicios de los abonados.
Según trabajadores de Telefónica, se apagaron todos los equipos, aunque de momento no hay ninguna información del origen del ataque o de que haya comprometido a ningún usuario.