El periódico informó que a principios de marzo esos servicios detuvieron en uno de los aeropuertos de Moscú al ciudadano de Tayikistán Izatilo M., que provenía de Estambul y de quien se sospechaba que había participado en los enfrentamientos de Siria.
Al verse arrestado y en peligro de ser deportado a su país de origen, donde le amenaza una pena de cadena perpetua, Izatilo trató de romper su móvil y luego se clavó unas tijeras en el cuello, pero no logró suicidarse.
"Durante las pesquisas el ciudadano de Tayikistán confesó que había llegado a Moscú para realizar un atentado, el terrorista suicida frustrado debió hacerse volar durante los festejos del 8 de marzo", aseguró al diario una fuente en los servicios de inteligencia rusos.
Actualmente las fuerzas de seguridad están buscando a los cómplices del extremista, que debían haberle entregado en Moscú los explosivos y los demás elementos de la bomba.