"La cantidad de los ejercicios navales y vuelos de inteligencia realizados por la OTAN creció significativamente respecto al año anterior, y la actividad de las fuerzas navales de la OTAN en los mares de Barents, Báltico y Negro se elevó", informó el también primer viceministro de Defensa.
Precisó que la confianza entre Rusia y la OTAN está en el nivel mínimo desde el fin de la Guerra Fría.
"El diálogo entre Rusia y la OTAN está congelado, los contactos militares cesaron, la confianza entre la Alianza y Rusia está en el nivel más bajo desde el final de la guerra fría", dijo.
Agregó que ante esta situación en julio pasado se acordaron varias medidas con el fin de normalizar la situación.
Se trata de intercambio de delegaciones militares y vuelos de aviones sobre el mar Báltico con los transpondedores encendidos entre otras cosas.
Guerásimov calificó de "injustificada" la reacción de "los socios" sobre "el aumento del contingente militar ruso en la región occidental.
Algo que la OTAN califica como "drástico y amenazante" para sus intereses.
De igual forma el jefe del Estado Mayor ruso denunció el aumento de la presencia de las fuerzas de la Alianza en Polonia y los países bálticos.
Destacó que el Ministerio de Defensa de Rusia seguirá realizando inspecciones sorpresa a las tropas.
"Los resultados de estas inspecciones nos satisfacen enteramente porque demuestran el alto nivel de preparación de las tropas, y por lo tanto continuaremos esta práctica", dijo Guerásimov en una reunión con agregados militares extranjeros acreditados en Rusia.
"En particular, se trasladaron sistemas de misiles tácticos Iskander, que después de finalizadas las inspecciones regresaron a los lugares de su emplazamiento permanente", apuntó Guerásimov.
Durante estas inspecciones —aseguró el jefe militar— Rusia "en ningún momento ha faltado a sus compromisos que emanan del Tratado sobre las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE)".
