"Las partes están totalmente decididas a combatir por todos los medios el terrorismo, el extremismo, la delincuencia organizada transnacional, el tráfico de armas, drogas y precursores, la trata de personas y los crímenes en el ámbito de las tecnologías de la información y las comunicaciones", consta en el documento.
La declaración insta a la comunidad internacional a "unir los esfuerzos para luchar de manera eficaz contra estos retos y amenazas a la estabilidad y la seguridad internacionales", reservando a la ONU el papel de coordinador central.
Los conflictos pendientes en la región, reconoce el documento, representan "un obstáculo considerable para la cooperación regional". En este contexto, los presidentes de Azerbaiyán, Irán y Rusia subrayan la importancia de resolverlos lo más pronto posible por vía negociada, en base a los principios y las normas del derecho internacional.