A mediados de diciembre de 2020 en el Reino Unido se detectó una nueva mutación del coronavirus SARS-CoV-2. Más tarde el consejo consultivo británico para las amenazas virales respiratorias confirmó que la nueva variante de este virus se propaga con mayor rapidez y exige de la población mostrar más cautela.
Según evaluaciones preliminares, la nueva cepa del coronavirus es un 70% más contagiosa que la vieja, pero nada indica que sea más peligrosa desde el punto de vista de la mortalidad o la hospitalización.
"Los datos disponibles permiten afirmar con cierta reserva de que la inmunidad adquirida contra las variantes anteriores valdrá también para combatir la nueva cepa. Además, no importa si ha surgido como resultado de la vacunación o de haber padecido el COVID-19", señaló el científico.Al recordar que los casos de reinfección con coronavirus se dan aunque rara vez, el profesor de Skoltech dijo que el surgimiento de la nueva cepa no cambia la situación en este sentido.
A su juicio, el principal peligro de la nueva cepa consiste en que es más contagiosa, lo que significa que se pueden enfermar personas que antes lograron evadir la infección con el COVID-19.
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