Las molestias se intensificaban cuando se sentía estresada, antes de que se acostase y a la hora tener sexo con su pareja, Jonathan. A veces las molestias eran tan intensas que tenían que parar. La mujer reveló su historia en una entrevista con el portal británico Unilad.
Como resultado, la mujer tuvo que someterse a una terapia física e intentar así aliviar sus síntomas. Durante todo este tiempo Jonathan la apoyó y asimiló el hecho de que no podían mantener relaciones sexuales mientras su media naranja estaba luchando contra la enfermedad.
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"Siempre ha manejado mi condición con paciencia y comprensión. Nunca me ha metido prisa ni me ha estresado (...) Siempre me ha apoyado durante mi fisioterapia, psicoterapia y las demás visitas al médico", aseveró.
Tras seis años de lucha, Schwartz se sometió finalmente a un procedimiento durante el que le inyectaron botox en su nervio pudendo. En septiembre del 2019 la mujer pasó por una vestibulectomía, operación quirúrgica en cuyo transcurso los médicos extraen el himen y la piel vestibular.
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Hasta ahora la mujer, de 28 años, continúa utilizando un dilatador 15 o 30 minutos antes de tener sexo para hacer que la experiencia sea más cómoda. Schwartz espera que, al compartir su historia con el medio, esté enseñando a las demás chicas que existen formas de seguir adelante a pesar del dolor y que siempre se puede encontrar luz a final del túnel.
"Mi esperanza es proporcionar respuestas y, en cierto modo, inspirar a otras a superar el dolor (...) El síndrome de excitación sexual persistente y el dolor pélvico son cada vez más reconocidos. Quiero que la gente entienda que aún puedes vivir tu vida (...) Lucha contra el dolor y encuentra tu pasión, no dejes que te detenga", concluyó.