Los científicos alemanes estudiaron el efecto del uso de las corbatas ajustadas y descubrieron que el uso diario de este complemento puede obstaculizar el flujo sanguíneo cerebral. Los resultados de su investigación han sido publicados en la revista Neuroradiology.
A los 15 individuos del primer grupo les pidieron ponerse las corbatas con el nudo más común, denominado Windsor, y a los demás no. Luego les hicieron una tomografía (IRM) con corbata y sin ella. Los participantes en el estudio que llevaban este complemento experimentaron una caída del flujo sanguíneo cerebral en un promedio del 7,5% en comparación con el flujo normal, tal y como quedó acreditado.
Con las corbatas sueltas, el flujo quedó reducido en un promedio del 5,7%. Aunque eso no provoca los síntomas obvios, puede afectar a la función cognitiva de los individuos y reducir su capacidad de trabajo.
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Los investigadores encontraron que el uso de un lazo alrededor del cuello comprime las venas, empujando la sangre hacia el cráneo. Eso crea una acumulación de presión que puede aplastar los vasos sanguíneos del cerebro, lo que reduce el flujo sanguíneo, aclara Lüddecke.
En un estudio anterior también se descubrió que el uso de corbatas puede aumentar la presión intraocular y causar daño a los ojos. Los científicos alemanes creen que su última investigación hará que los jefes permitan a sus empleados dejar de utilizar estas 'ataduras' en las oficinas.