La compañía aérea australiana Qantas recurrió a la ciencia para revelar cómo se puede reducir el daño para el reloj biológico causado por los vuelos prolongados.
El reloj biológico humano es altamente sensible a los cambios de luminosidad, según explicó Steve Simpson, uno de los científicos encargados del proyecto, citado por Bloomberg. El investigador destacó la necesidad de calcular escrupulosamente las dosis de luz y otros factores, ya que la abundancia de luz solar o la comida inadecuada pueden causar un desequilibrio aún mayor en el organismo.
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Por desgracia, no existe una manera de evitar el 'jet lag' por completo, según explicaron los investigadores. No obstante, la demanda de los vuelos de largo recorrido va creciendo, y varias compañías aéreas pretenden que sus clientes los toleren mejor.
Durante este vuelo los organizadores utilizarán luces azules, que tienen un efecto vigorizante, y amarillas, que provocan sueño.
"Para imitar una luz natural a bordo de la aeronave que se encuentra a una altura de varios kilómetros, hacen falta muchos cálculos, admite el representante de Qantas, Phil Capps.
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