Así lo demuestra un estudio realizado por la Universidad de Vermont, de Estados Unidos, que establece que la elección de los filtros de imágenes de la red social Instagram, puede depender del estado de ánimo. Según la investigación, si una persona se encuentra atravesando un mal momento emocional, va a optar por editar sus fotos con los filtros más oscuros, azules, grises o blanco y negro.
Mientras que los usuarios que no padecen esta enfermedad utilizan colores más brillantes, cálidos y luminosos, dándole más vida a sus fotos.
El análisis también reveló que las personas deprimidas suelen publicar pocas fotos en las que aparecen caras de personas, lo que demuestra que comparten en entornos más pequeños. La investigación se basó en el estudio de las fotos y las historias de salud mental de 166 voluntarios, de los cuales aproximadamente la mitad informaron haber estado clínicamente deprimidos en los últimos tres años.
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Las fotografías e historias clínicas fueron luego analizadas mediante un estudio psicológico, de acuerdo a las preferencias del brillo, color y sombreado. Este nuevo método demostró detectar con éxito la depresión de manera temprana, ya que el sistema tuvo un éxito de 70% sobre los casos analizados, mientras que los médicos de medicina general tienen un 42% de éxito.