De acuerdo con la agencia BBC, Woodhall sintió un repentino dolor en el pecho tras haber jugado seis partidos consecutivos de fútbol, cada uno de diez minutos. No pensaba que aquel repentino achaque le podría causar una serie de infartos tan graves que por poco acabaron con su vida.
Tras ingresar en el hospital Worcestershire Royal el 17 de diciembre, los médicos hicieron todo lo posible para reanimar su corazón. Una de las enfermeras que le atendió, declaró que jamás había visto en sus años de trabajo tantos infartos en una persona.
"El último fue el que más miedo dio. Morir fue como quedarse dormido", comentó a la BBC el hombre de 54 años que ya se encuentra mejor. De acuerdo con Woodhall, decidió contar esta historia para agradecer al equipo de médicos que le salvó la vida.