En las ciudades de Américo Brasiliense y Batatais la enfermedad era autóctona, pero en la localidad de Santana do Parnaíba se trató de un caso importado, ya que la víctima había viajado recientemente a Minas Gerais.
El gobierno informó de que hay otras tres muertes que también podrían corresponder a casos de fiebre amarilla y otros siete pacientes que están enfermos con síntomas sospechosos.
En todo el estado se notificaron 391 casos, de los cuales 58 ya fueron confirmados, lo que convierte a este brote en el peor registrado en la historia de Minas Gerais.
Todas las muertes se produjeron en pequeñas ciudades de los valles del río Doce y del Mucuri y no en grandes áreas urbanas.
Desde 1942 Brasil no registra transmisión de fiebre amarilla en entornos urbanos: los últimos brotes en zonas campestres se produjeron en los años 2003, 2008 y 2009.