Cuanto mayor es la persona, más frágiles son sus huesos y aumenta la posibilidad de fracturas. La informatización universal genera problemas de espalda para la mayor parte de la gente. Estos son apenas algunos de los problemas a los que se enfrentan estas áreas de la medicina, que buscan nuevas tecnologías para conseguir sus objetivos.
"El cuerpo percibe el implante como un objeto extraño y trata de deshacerse de él. Por eso desarrollamos recubrimientos biocompatibles para los implantes metálicos. Son finas películas de fosfato de calcio, del que consiste nuestro hueso. El cuerpo asume este implante como suyo y se adapta rápidamente a él. Luego el revestimiento se disuelve. Además añadimos a estos recubrimientos un poco de plata que a una cierta concentración destruye microbios peligrosos dejando las células viables del cuerpo. Asimismo desarrollamos recubrimientos con silicio que aumentan la bioactividad del implante para las personas con sistemas inmunes débiles", cuenta a Sputnik el director del Centro de Tecnología de la Universidad Politécnica de Tomsk, Román Surmenev.
Tan solo 15 personas llevan a cabo la investigación con colegas de varias universidades de Alemania. "Los científicos occidentales están muy interesados en nuestras ideas. Los implantes con recubrimientos biocompatibles han sido un éxito en animales. Luego los probaremos en personas y si tienen éxito, dentro de 3 o 4 años nuestro método se puede poner en práctica", dice Surmenev.
El problema presentado por los biopolímeros es que su superficie no se humedece por fluidos y las nuevas células no crecen lo suficientemente bien. Los científicos siberianos se enfrentan a la tarea de cambiar la superficie del biopolímero para promover la adhesión y proliferación de tejido conectivo en la superficie del material. El nuevo material que están desarrollando imitará la estructura del hueso teniendo propiedades mecánicas similares a las de la zona dañada e imitando la composición química del tejido.