Uno de los métodos más prometedores para combatir la obesidad es la regulación del apetito. Se sabe bien que el papel principal en la aparición del hambre lo desempeña el área del cerebro que regula el placer. La actividad de uno de sus elementos, el núcleo accumbens, está vinculada también con la adicción al tabaco y los opiáceos. Los expertos opinan que el uso de los fármacos que luchan contra estas dependencias también puede ayudar a combatir la glotonería.
Los investigadores descubrieron que la cevimelina, que se utiliza para estimular la producción de saliva, se asemeja mucho a la vareniclina en su estructura tridimensional y actividad biológica. Los científicos consideran que este compuesto también puede interactuar con los receptores nicotínicos. Se prevé que su efectividad sea confirmada en futuros estudios.