La investigación encontró que una de las formas más agresivas de la variante VPH16 del virus del papiloma humano, responsable por la mayoría de tumores derivada de esta clase de virus, no tuvo su origen en la humanidad actual, sino que se originó en una época que coincide con el encuentro del humano moderno con los neandertales y los homínidos de Denísova.
"El cáncer es muy antiguo —hay incluso fósiles de dinosaurios con tumores- y los virus que pueden causar algunos de ellos también. Por lo que parece, algunos de los más agresivos los hemos heredado por contacto sexual con humanos arcaicos", explica Ignacio Bravo, el investigador principal del trabajo.
"Si los genes que nos legaron los neandertales son tan importantes para el virus como parece, quizás su mayor o menor presencia pueda estar condicionando su comportamiento", señaló Bravo, según recoge NCYT.
Sin embargo, es necesario realizar investigaciones de mayor envergadura para sustentar las hipótesis presentadas por esta investigación. Por lo pronto, parece posible que el sexo primitivo sea una de las vías a través de las cuales hemos recibidos algunos de los virus más peligrosos que conocemos.