A los 62 años, Balthazar sufrió un infarto severo, después del cual estuvo un año en terapia durante la que recibió ayuda médica y fue sometida a continuos análisis. Sin embargo, un año después, Balthazar no mostraba síntomas de mejora y la única salida que le quedó fue inscribirse en una lista para recibir un trasplante de corazón.
De repente, un día como cualquier otro, Balthazar recibió la esperada llamada urgente por parte del hospital. "En 15 minutos llegué a la clínica, entregué los análisis, me prepararon y me anestesiaron". La brasileña supo en la clínica que le iban a dar el corazón de Hense, pero Ivonette no tenía ni idea de que recibiría el corazón de un alemán.
El trasplante fue un éxito. Después de haber estado más de un año postrada en una cama a causa del infarto, Ivonette empezó a vivir una nueva vida. Cuarenta días después de la operación ya estaba participando de la Semana Nacional del Donante de Órganos, repartiendo información a los interesados en el centro de la capital de Brasil. Es el intento de Balthazar por ayudar a aquellos que se encuentran en su misma situación.
"Estoy muy agradecida —reveló Ivonette a Sputnik—. Me uní a la campaña y participo cada día, no solo en el día del donante. He hablado con personas que están interesadas y que no sabían cómo convertirse en donantes y les he contado cómo se hace y eso es muy importante. No es suficiente con simplemente anunciar que se es donante; su familia debe estar al tanto de ello. Si la familia no da permiso, todo será en vano", explicó.
