La razón de esta dieta tan extravagante es que insectos como los grillos, las abejas y las hormigas contienen altas dosis de proteínas, vitaminas y aminoácidos, que, además de ser beneficiosos para el ser humano, contienen gran calidad nutritiva.
Son muchas las ventajas que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) encuentra para que, no solo los deportistas, sino la población en general, comience a incluir los insectos en su dieta diaria. Además de su alto contenido nutricional, el consumo de insectos puede ayudar al medio ambiente, dado que representan la misma cantidad de proteínas que otros animales, pero consumen menos recursos.
Para los deportistas también es de gran importancia que los insectos les permiten consumir más proteínas sin aumentar el consumo de calorías; en otras palabras, más masa muscular y menos grasa.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. Lamentablemente, los insectos se alimentan de toda clase de plantas, muchas de las cuales pueden haberse visto afectadas por insecticidas, lo que puede causar un efecto negativo en la salud de los atletas u otros consumidores. Igualmente, el cultivo de criaderos de insectos es un negocio joven y sin mayores regulaciones en gran parte del mundo.
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Aun así, es muy probable que, en el futuro, la cría de insectos alcance el nivel de calidad necesario para convertirlos en el nuevo mejor amigo del hombre.
