Según la estadística oficial publicada en la página web de la OMS, el virus mortífero se ha saldado con 10.004 muertos en Guinea, Liberia y Sierra Leona.
El número de los infectados asciende a 24.350 personas.
La epidemia comenzó en África Occidental en febrero de 2014.
Tras el brote, EEUU, Japón y Canadá anunciaron que estaban elaborando unos fármacos prometedores.
El virus se transmite por sangre, líquidos orgánicos o tejidos de las personas infectadas, aunque también se han registrado casos de contagio por contacto con animales enfermos o de las personas muertas por la infección.
No existe todavía ningún tratamiento específico o vacuna contra la enfermedad.