El 20 de agosto Navalni se sintió mal durante un vuelo de la ciudad de Tomsk a Moscú, lo que obligó a los pilotos a realizar un aterrizaje de emergencia en Omsk. El activista fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital local, donde entró en coma y necesitó que lo conectasen a un respirador artificial.
"El Hospital de Emergencias №1 de Omsk con grandes esfuerzos logró salvar la vida de Alexéi Navalni, no puede caber la menor duda", dijo el jefe del centro médico.
Mujarovski aseguró que los médicos trataron a Navalni como a cualquier otro paciente.
El 22 de agosto un avión especial de la ONG Cinema for Peace trasladó a Navalni de Omsk a Berlín para que pudiese ser tratado.
El representante del Hospital de Emergencias anunció además que es muy probable que la dirección otorgue un plus salarial al personal médico que atendió a Navalni.
La portavoz, de Navalni, Kira Yarmysh, supuso desde un principio que el opositor fue envenenado con alguna sustancia puesta en su té, lo único que tomó por la mañana en el aeropuerto.
Los médicos del hospital de Omsk declararon que el principal diagnóstico de Navalni es un trastorno metabólico provocado por una bajada de azúcar.
Amenazas a los médicos
Además, los médicos denunciaron que recibieron amenazas por las redes sociales.
Anatoli Kalinichenko, director adjunto del Hospital de Omsk, informó en rueda de prensa que las amenazas iban dirigidas contra su persona, su familia y sus hijos.
"Esas amenazas no influyeron de ninguna manera en la calidad de la atención al paciente", enfatizó el médico.
Kalinichenko admitió que los médicos que salvaron la vida al activista se sorprendieron por las críticas que recibieron en Internet.
"Acompañé a Navalni al aeropuerto, le acompañé hasta el avión, luego volví al hospital para terminar mis asuntos, regresé a casa y al abrir Internet me sorprendió la lluvia de información negativa", indicó.
El médico señaló que muchos instrumentalizan lo ocurrido con fines personales.
Algunos, agregó Kalinichenko, hasta exigieron a los médicos que desvelen datos del paciente, algo que prohíbe la ley.
Por su parte, el director del Hospital de Omsk, Alexandr Murajovski, dijo que recibió casi mil llamadas telefónicas.
Además, remarcó que la gran cantidad de gente que se había congregado cerca del hospital impedía el paso de las ambulancias y algunos periodistas filmaban a los pacientes que llegaban al establecimiento, algo que el director calificó como inadmisible.
Cierre de la clínica Charite a la prensa
A su vez, la oficina de prensa de la clínica berlinesa Charite, donde trasladaron a Navalni, comunicó a Sputnik que cierra acceso a la prensa por el comportamiento de algunos representantes de los medios de comunicación.
La clínica comunicó además que por la tarde se decidirá cómo y cuándo se hará la declaración sobre el estado de salud de Navalni.
"En estos momentos el portavoz de la clínica está en contacto con los médicos y la decisión sobre cómo y cuándo se haría la declaración se tomará por la tarde", detalló la oficina.
Invitación oficial para viajar a Alemania
Además, el portavoz gubernamental, Steffen Seibert, declaró que Navalni no contaba con una invitación oficial para viajar al territorio alemán, pero se trataba de una necesidad humanitaria relacionada con su estado de salud.
El portavoz precisó que fue un individuo particular que organizó su traslado de Omsk a Berlín, así como la estancia del opositor ruso en la clínica Charité.
Según el representante del Gobierno alemán, la Oficina Federal de Investigación Criminal se encarga de proteger la seguridad de Navalni.
"Se trata de un paciente, el cual es bastante probable que haya sido víctima de un envenenamiento", dijo Seibert.
El portavoz llamó a aguardar el veredicto de los galenos de la clínica Charité, agregando que "solo los médicos y los miembros de la familia pueden decir algo sobre el estado de salud y lo que ocurrió" con Navalni.