"La pandemia una vez más ha refutado el mito arraigado en Occidente sobre 'el final de la historia' y la marcha triunfante del modelo de desarrollo ultraliberal, basado en los principios del individualismo y la creencia en que todos los problemas se pueden resolver solo con métodos de mercado", dijo el ministro ruso.
Lavrov señaló que el enfoque ultraliberal "les ha jugado una mala pasada a todos sus partidarios".
"Los que mostraron mayor resistencia ante el estrés son los países autosuficientes con los mecanismos de movilización bien ajustados e intereses nacionales claramente definidos. Aquellos que emprendieron el camino de erosión de la independencia y renunciaron de manera negligente a una parte de su soberanía, perdieron", afirmó.
"Eso no significa y no predetermina una vida en constante rivalidad y división. En cambio, eso debe dirigir hacia acumulación de numerosos potenciales singulares, su consolidación para poder conseguir una solución eficaz de los problemas clave de la actualidad", subrayó.
Hablando del impacto económico que ha tenido la pandemia del coronavirus, el ministro ruso constató que "la ralentización de la actividad empresarial y la ruptura de las cadenas de producción globales han causado una verdadera conmoción a la economía mundial".
"Hay que ayudarla a sobrevivir este período complicado y luego, mediante esfuerzos conjuntos, garantizar una recuperación progresiva tras la crisis", destacó.
Lavrov hizo un llamamiento a "impedir que el desastre económico dañe la cooperación internacional, profundice el déficit de la confianza y desate nuevas espirales de conflictos en los asuntos internacionales".
"Lo ideal sería es que ese desafío nos una, el bienestar de los ciudadanos de absolutamente todos los países depende de solución exitosa de esa tarea", subrayó.
En este contexto recordó la iniciativa del presidente ruso, Vladímir Putin, de crear "la Gran Asociación Euroasiática sobre la base de los principios del derecho internacional y la transparencia".
Esa nueva alianza debe ser "abierta para todos los países de este enorme continente, incluidos los miembros de la CEEA (Comunidad Económica Eurasiática), la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático)", indicó.
El canciller ruso se mostró convencido de que implementar la iniciativa propuesta por Putin "no solo fortalecerá los vínculos económicos positivos y aumentará la competitividad de todos sus participantes, sino también será una base sólida en la construcción de un espacio pacífico y estable de Lisboa a Yakarta".
Déficit de humanismo
La pandemia del coronavirus puso de manifiesto que ciertos países carecen de humanismo, declaró Lavrov.
"Cabe constatar que la pandemia nos mostró una serie de ejemplos de déficit del humanismo. Se lo podría achacar a una confusión ante la amenaza expansiva. Pero, al parecer este déficit tiene un carácter profundo y se debe, como ya lo he dicho, a un egoísmo realmente incurable de una serie de países y sus élites gobernantes", dijo.
El ministro ruso señaló que la comunidad internacional es testigo de que "en vez de consolidar los esfuerzos e intentar lograr un entendimiento mutuo, aquellos que suelen declarar o recitar su liderazgo moral y su rica traducción democrática hacen caso omiso a las normas de decencia básicas, se olvidan de cualquier límite ético y empiezan a actuar según la ley de la selva".
El canciller ruso recordó que algunos países presentaron "acusaciones absurdas" contra Rusia, diciendo que supuestamente intentó "usar la cooperación humanitaria y médica con el fin de fomentar la influencia política", e incluso dictaron "prohibiciones humillantes de solicitar asistencia médica y humanitaria de Rusia".
"Resulta que la famosa solidaridad euroatlántica se valora más que la vida y la salud de decenas de miles de ciudadanos comunes y corrientes", constató.
Lavrov también apuntó a "la falta de voluntad de una serie de países occidentales (...) para rechazar el uso de las restricciones económicas unilaterales contra algunos países en desarrollo", lo que en opinión del ministro ruso se debe a "la politización de las cuestiones humanitarias y los intentos de aprovechar la pandemia para castigar a los gobiernos indeseables".
El canciller ruso también saludó el llamamiento del secretario general de la ONU, António Guterres, de decretar un armisticio en todos los conflictos en el mundo durante la pandemia del coronavirus, pero a la vez insistió en que "ninguna tregua debe servir como pretexto para eximir de responsabilidad a los grupos terroristas, calificados como tales por el Consejo de Seguridad de la ONU".
Intentos de socavar los principios de la ONU
El ministro de Exteriores ruso advirtió sobre el peligro de aprovecharse de la pandemia de coronavirus para socavar los principios de la ONU.
"Es extremamente peligroso intentar aprovecharse de la situación actual para socavar los principios básicos del trabajo de la ONU", declaró el jefe de la diplomacia rusa reflexionando sobre la coyuntura internacional en el contexto de la pandemia.
En opinión de Lavrov, las instituciones de la ONU deben ser los principales mecanismos para la coordinación de la cooperación multilateral con el fin de solucionar todos los problemas de la humanidad.
"Sin duda, la OMS, al igual que cualquier otra estructura multilateral debe perfeccionar su actividad, adaptarse a las nuevas condiciones", reconoció Lavrov pero señaló que "para ello no es necesario destruir la organización, sino mantener el diálogo constructivo de todos los Estados miembros para elaborar unas respuestas profesionales conjuntas a los nuevos desafíos".
El canciller ruso expresó la esperanza de que la crisis actual ayude a concienciar sobre que "el orden mundial centrado en las Naciones Unidas no tiene alternativa" al recordar que se estableció tras la Segunda Guerra Mundial y ha resistido la prueba del tiempo.
"Los principios establecidos por la Carta de la organización internacional siguen siendo un sólido fundamento para construir el diálogo entre los Estados en las condiciones actuales", subrayó.
Lavrov también llamó a usar al máximo el potencial de las estructuras como el Grupo de los Veinte y la Organización Mundial del Comercio.