"Por ahora no hay indicios de ese tipo de amenaza, seguimos muy de cerca lo que está pasando en los mercados", dijo Beloúsov ante la prensa, respondiendo a la pregunta sobre si existe una amenaza de recesión de la economía rusa.
El Gobierno ruso estimó que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país se situará en un 1,9% este año.
"Ahora mucho dependerá de si llega o no una segunda ola [de fuerte volatilidad], nos hemos reunido hoy [11 de marzo] con el Banco de Rusia y el Ministerio de Finanzas para analizar la situación", agregó.
Beloúsov indicó que la estructura y el carácter del rebote que se ha producido este 11 de marzo —en los precios del petróleo, los indicadores del mercado de valores, la actividad y las solicitudes de la población— muestran que todo "se desarrolla más o menos dentro de un rango predecible".
Preguntado sobre si la inflación al cierre del año puede superar el 4%, el ministro dio una respuesta negativa.
"Creo que podría aproximarse al 4%", afirmó.
El 6 de marzo, la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) y diez productores independientes, entre ellos Rusia, pusieron fin a los recortes petroleros a partir del 1 de abril al no lograr consensuar una prórroga de la iniciativa que estaba vigente desde principios de 2017.
Arabia Saudí buscaba una mayor reducción petrolera, mientras que Rusia y otros productores independientes abogaban por mantener sin cambios los recortes acordados antes.
El crudo de la marca Brent registró el 9 de marzo su mayor bajón diario desde la Guerra del Golfo en 1991, tras el fracaso del acuerdo OPEP+ y la guerra de precios iniciada por Arabia Saudí en respuesta a la salida de Rusia del pacto petrolero.
