El 15 de enero el presidente estadounidense, Donald Trump, y el vice primer ministro chino Liu He firmaron un documento de 86 páginas, la llamada 'fase uno' del acuerdo comercial.
Pekín se comprometió a importar productos agrícolas estadounidenses por 50.000 millones de dólares anuales y otros bienes del país norteamericano por un total de 200.000 millones durante los próximos dos años, a cambio de la abolición de los aranceles impuestos a los productos chinos.
En su opinión, todo depende de los instrumentos que se utilizarán para hacerlo.
"En la política comercial existen determinados instrumentos. China aún tiene algunas cuotas y también tiene la posibilidad de influir en las compras a través de las empresas públicas. Si esto se hace mediante la administración de las cuotas, ordenando a las empresas, entonces surgirán preguntas", explicó el viceministro ruso.
"La OMC [Organización Mundial del Comercio] es un instrumento más bien jurídico. El diálogo político entablado en todos los niveles es bastante activo y es posible resolverlo en el ámbito de los contactos bilaterales", indicó el viceministro ruso de Desarrollo Económico.
Maksímov representa a Rusia en una reunión informal a nivel de ministros de Economía de la Organización Mundial del Comercio inaugurada esta semana en Davos, Suiza.