"La defensa corrobora que ha intentado cometer un suicidio. Los policías han reaccionado a tiempo, impidiéndolo", dijo Pochúev.
El abogado añadió que "no ha habido riesgo para terceros". "Ha sido una acción dirigida contra sí mismo", apuntó.
Según el consejero legal, Sokolov no intentó suicidarse durante la llamada reconstrucción de los hechos, contrariamente a lo que informaron algunos canales de Telegram, sino "entre las diligencias".
Actualmente, Sokolov permanece ingresado en una prisión preventiva, compartiendo la celda con otro imputado que, como él, no tiene antecedentes penales.
Oleg Sokolov, de 63 años, es un reputado experto en guerras napoleónicas y autor de varias monografías científicas publicadas dentro y fuera de Rusia. En 2003 fue condecorado con la Legión de Honor, por sus estudios de las relaciones franco-rusas.
Es sospechoso de haber asesinado a su exalumna y compañera sentimental, Anastasia Eschenko, de 24, tras una pelea que habrían mantenido el 7 de noviembre.
Según los datos de la investigación, el historiador hizo cuatro disparos en la cabeza de la joven con una escopeta recortada, tras lo cual desmembró su cuerpo e intentó deshacerse de los fragmentos hundiéndolos en el río Moika, cerca de su piso.
Sokolov confesó el crimen, diciendo que la pelea comenzó porque la joven rechazaba a sus hijos e incluso acusó a la víctima —según él, transformada en "un monstruo de los cuentos"— de agredirle. El hermano de Eschenko, Serguéi, supone que el profesor "se volvió loco por los celos".
Después de que un tribunal de San Petersburgo ordenara el ingreso de Sokolov en una prisión preventiva, la Universidad de San Petersburgo (SPbGU) lo eliminó de su plantilla de catedráticos.