"En los nueve meses de este año los agentes del FSB frustraron 26 crímenes de carácter terrorista, incluidos 15 atentados", dijo.
Putin subrayó que semejante línea se debe mantener en otros ámbitos de trabajo del servicio, en particular, en la lucha contra el extremismo y la corrupción y la protección de la frontera del Estado.
En 2017 el FSB frustró 23 atentados, según informó en diciembre pasado el director del FSB, Alexandr Bórtnikov.
Además, Putin exigió a la Guardia Nacional de Rusia (Rosgvardia) que presente propuestas para modificar la legislación sobre el control de la circulación de armas en el país.
"Es necesario aumentar el control de la circulación de armas, espero que presenten propuestas concretas, incluidas las del carácter legislativo", dijo Putin.
La discusión sobre el control de armas se hizo más intensa después de la masacre en un politécnico en la ciudad rusa de Kerch.
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La víspera el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, declaró que la matanza en Kerch demuestra una seguridad deficiente de los centros educativos.
El 17 de octubre un estudiante de 18 años detonó un artefacto explosivo y abrió fuego con una escopeta contra alumnos y profesores de un politécnico en Kerch, en Crimea, y luego se suicidó.
Al menos 21 personas perdieron la vida, incluyendo al atacante, y más de 50 resultaron heridas a causa del ataque.
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El Comité de Investigación de Rusia, que en un principio catalogó el ataque de "atentado", lo clasificó más tarde como "asesinato múltiple".
Una tienda de armas, donde el estudiante se había comprado la escopeta antes de perpetrar el ataque, dijo a Sputnik que los vendedores verificaron su licencia y Rosgvardia les confirmó que era legal.