"Tras un análisis de las grabaciones de las cámaras de seguridad, se estableció que los perpetradores de dichos actos ilegales fueron las mismas personas; se ha decidido (…) abrir una investigación penal en relación con el delito tipificado en el párrafo 2 del artículo 213 del Código Penal [gamberrismo]", dijo a los periodistas el portavoz del departamento moscovita del Ministerio del Interior de Rusia, Yuri Titov.
Tras las dos agresiones de los futbolistas y sus compañeros, resultaron heridas tres personas; el conductor de un coche de una presentadora de la televisión rusa y dos funcionarios del Ministerio de Industria y Comercio, entre ellos el director del departamento de industria del automóvil y maquinaria ferroviaria, Denís Pak.
El club de fútbol Krasnodar dónde juega Mamáev anunció su intención de rescindir el contrato con él.
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Por su parte, el Zenit, club de Kokorin, prometió castigar al futbolista más tarde, pero no aclaró de qué manera y expresó su decepción por el incidente.
El 11 de octubre, el hermano menor de Kokorin, Kiril, también fue detenido en el estatus de sospechoso.
No es la primera vez que estos dos futbolistas están en el ojo del huracán: en 2016, después de que la selección rusa arruinara su participación en el Campeonato Europeo de la UEFA, Mamáev y Kokorin montaron una fiesta en un club nocturno de Montecarlo, que les costó, según varios medios, unos 250.000 euros.
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Este nuevo escándalo provocó una ola de descontento en la sociedad rusa y fue condenado tanto en el Kremlin y el Parlamento como por los ciudadanos de a pie que publicaron centenares de comentarios indignados en la red.