La cadena CNBC comunicó el 21 de agosto citando fuentes que la presunta prueba fallida habría tenido lugar a finales de 2017 y culminado con la caída del proyectil al fondo del mar de Barents, donde permanece hasta la fecha.
"A diferencia de la televisión estadounidense, no dispongo de tal información y recomendaría acudir a nuestros expertos en esta materia, que están en el Ministerio de Defensa", indicó Peskov.
En particular, el medio llegó a afirmar que la planta propulsora nuclear del proyectil no se había puesto en marcha.
Al comentar entonces esas informaciones, el portavoz del Kremlin sugirió a los periodistas a que le hicieran caso al presidente ruso, Vladímir Putin, quien en marzo informó de las últimas armas avanzadas del país durante su mensaje al Parlamento.
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Putin anunció entonces que el misil había sido ensayado con éxito a finales de 2017 en un polígono del Ejército ruso en el archipiélago de Nueva Zembla, bañado por los mares de Barents y de Kara.