"Invertiremos unos 460 millones de rublos [más de 6,8 millones de dólares] en la creación del clúster", dijo Chémezov durante una reunión de altos cargos que se centró en la eliminación de las barreras legislativas para la diversificación de las empresas de defensa.
El futuro conglomerado, que se establecerá sobre la base de la planta electromécanica KEMZ, impulsará el desarrollo de nuevas empresas tecnológicas y contribuirá a reducir la dependencia rusa de las máquinas importadas.
La experiencia de KEMZ, según él, demuestra que "la reconversión de empresas militares, además de llenar las capacidades cuando disminuyen los pedidos de defensa, ayuda a eliminar la dependencia tecnológica en industrias que tienen importancia crucial a escala nacional".
Portavoces de Rostec explicaron a Sputnik que el objetivo principal del clúster será localizar al máximo la producción de equipos de última generación —tornos, máquinas de torno-fresado, fresadoras verticales y horizontales- que serán la base para la creación de "fábricas digitales" en el futuro.
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La principal ventajas de las máquinas hechas en Rusia, según ellos, es un sistema nacional de control numérico que garantiza su protección ante posibles ciberataques e intentos de acceso no autorizado.
En el recinto de KEMZ ya se está construyendo una nueva nave de 5.000 metros cuadrados que entrará en servicio el próximo año.
"Con las nuevas superficies industriales, el clúster podrá fabricar hasta 650 máquinas modernas al año", según Rostec.
Los componentes rusos en las máquinas de KEMZ y empresas asociadas pasarán a representar más del 90% hasta el año 2026, en comparación con el 50 o el 60% hoy en día.