Olga y Dmitri Kárpov salen a las calles céntricas de Moscú cada 9 de mayo —Día de la Victoria— con los retratos del tío de Dmitri —Nikolái Jaribin, fallecido durante la guerra— y del padre de Olga —Dmitri Shílov, comandante del departamento de comunicación que participó en la guerra de 1942 a 1945—.
"Se fue a la guerra muy joven, cuando tenía 20 años. Empezó como soldado de transmisiones. Para establecer comunicaciones entre las divisiones, llevaba los cables trepando mientras lo disparaban los enemigos. (…) Fue herido dos veces", contó Dmitri sobre su suegro.
Cuando el padre de Olga fue herido en la pierna, regresó a su casa por unos días y, al tomar su capa para limpiarla, su madre se horrorizó cuando vio que tenía un montón de agujeros de bala.
A pesar de tener tantas condecoraciones, a Dmitri Shílov no le gustaba hablar de la guerra.
"Cuando le pedía a mi padre que me contara algo sobre la guerra, me decía que no podía, que era demasiado terrible", recordó Olga.
Para la familia Kárpov, la marcha del Regimiento Inmortal es una oportunidad de rendir homenaje a sus parientes héroes y salvar la historia del país.
"Para nosotros es muy importante, es nuestra historia. Y aún más importante ahora, cuando en el mundo quieren cambiar la historia y reducir nuestro papel en la victoria en esta guerra. La guerra es una tragedia que de una u otra manera afectó a prácticamente cada familia en Rusia", explicó Olga.
Yulia y Evgueni Sultánov también llevan varios años participando en la marcha. Tienen varios parientes que fueron a la guerra, dos de ellos —hermanos de la abuela de Yulia— jamás regresaron a casa.
"Fallecieron en los alrededores de Moscú. Su madre (mi bisabuela) llevó prendas negras de luto hasta el final de su vida", contó Yulia a Sputnik.
El abuelo de Yulia, Mijaíl Budánov, terminó la guerra en Berlín y fue galardonado con sendas medallas al valor por la toma de Berlín y por la victoria sobre la Alemania nazi.
"Participamos en la marcha para conservar la memoria sobre la hazaña de nuestros abuelos, que entregaron sus vidas y su salud para que viviésemos en paz. Queremos que nuestros hijos y nietos conozcan las historias reales de la gente real. Nuestros nietos deben saber la verdad", explicó Yulia.
Mientras tanto, la idea del Regimiento Inmortal ha traspasado las fronteras rusas. El año pasado, la marcha reunió a algunos habitantes de Grecia, Reino Unido, Argentina, China. El Regimiento Inmortal desfiló también por las calles de Ucrania, Serbia, Tayikistán, Kirguistán, Bulgaria, Suiza, Países Bajos, Francia e Italia, entre otros países.
La idea le gustó tanto a la gente de otras localidades que, en los años posteriores, en sus calles se reunían ya millones de personas que portaban fotos de los familiares que habían tomado parte en la Segunda Guerra Mundial.