La Cancillería rusa comenta que Gisladottir denuncia en su boletín de prensa que el "funcionamiento de la prisión de Guantánamo suscita gran preocupación desde el punto de vista de los derechos humanos y socava la confianza en las medidas antiterroristas".
A su opinión, el terrorismo es un delito que se puede combatir recurriendo la justicia legal y observando los derechos humanos y la supremacía de la ley.
Gisladottir afirma que la existencia de la prisión de Guantánamo "pone en tela de juicio el apego de las autoridades estadounidenses a sus compromisos en materia de derechos humanos en el marco de la lucha antiterrorista".
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La prisión para los terroristas internacionales fue creada en Guantánamo después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Los activistas de derechos humanos habían criticado a George Bush hijo por las serias violaciones de los derechos humanos de los prisioneros de Guantánamo, incluidas las torturas, la humillación moral y física, el ultraje a la religión y las retenciones sin cargos.