En cuanto a su trabajo en la Cancillería, subrayó que "no fue una elección especial por una mujer porque se necesitara 'una cara bonita'".
"En nuestro ministerio no tenemos el enfoque de favorecer el equilibrio de género. Y creo que eso es bueno. Entendemos que cada puesto debe estar ocupado por un profesional, independientemente de su género u otras características", afirmó.
"Sí, gané la lotería, pero había comprado todos los billetes", subrayó.
La portavoz agregó también que tiene un horario bastante irregular y que a veces su jornada de trabajo comienza a las 7.00 de la mañana. Al mismo tiempo, indicó que —pese a los privilegios que tiene— suele visitar tiendas "normales" y se hace llamar "funcionaria" para revalorizar la imagen de este empleo, ya que la palabra "funcionario" tiene connotaciones negativas en la sociedad moderna.
"Mi vida no ha cambiado nada, excepto por el hecho de que ahora tengo un vehículo oficial", concluyó.