El 10 de enero se dio a conocer que el Departamento de Justicia de EEUU había obligado a la compañía socio de la agencia y radio Sputnik, RIA Global LLC, registrarse como agente extranjero alegando "a sus actividades políticas en Estados Unidos".
"Consideramos inadmisibles estas acciones, las calificamos como un nuevo golpe sobre las relaciones ruso-estadounidenses", reza el mensaje.
El documento resalta que Moscú está "firmemente convencida en que estas medidas no corresponden con los intereses nacionales de EEUU y solo perjudican su autoridad y crédito".
"No descartamos que conforme a la práctica de dobles estándares las organizaciones [nternacionales] critiquen severamente nuestras medidas simétricas inevitables a las acciones mal pensadas de las autoridades estadounidenses", reza el mensaje.
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El documento constata que EEUU presiona sobre los medios rusos, retira los visados, expulsa a los periodistas desde el país y los inclina a colaborar con los servicios especiales.
"Rusia se muestra sistemáticamente en contra de limitar la libertad de la prensa, incluida la de los medios extranjeros y los periodistas", dice la nota.
La embajada rusa acusa a EEUU y a "una serie de sus aliados" de "continuar una práctica inadmisible de presión sobre los medios rusos en vez de colaborar en intereses de beneficio mutuo".
La ley estipula que como agentes extranjeros pueden ser reconocidos los medios que reciben fondos de Gobiernos u organizaciones extranjeras.
Esta normativa recibió luz verde después de que el Gobierno norteamericano obligara el 13 de noviembre al canal de televisión RT America a inscribirse como agente extranjero alegando la ley FARA, una legislación que no iba dirigida a los medios de comunicación.
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La directora de Sputnik y RT, Margarita Simonián, calificó las exigencias de Washington de atropello a la libertad de expresión.