A la vez, mantuvo en BBB- la calificación crediticia a largo plazo para tanto la divisa nacional como la extranjera, y en F3, las calificaciones crediticias a corto plazo.
La empresa atribuyó el cambio del pronóstico a los avances en la consolidación de la política económica de Rusia, en particular en lo que se refiere a la implantación del tipo de cambio flotante del rublo, los esfuerzos para lograr la inflación objetivo y a la estrategia presupuestaria.
Según Fitch, esos factores deben contribuir a la estabilización macroeconómica de Rusia.
A la vez señala que el crecimiento económico del país continuará –en particular gracias a la estabilidad del rublo y el pronóstico favorable de los precios petroleros– pero será bastante lento.
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La agencia espera, además, unas reformas más amplias en el país tras las presidenciales del 2018.