Durante su discurso anual dirigido a la Rada Suprema —Parlamento ucraniano—, Poroshenko sostuvo que Rusia es la principal amenaza militar para Ucrania y que los ejercicios ruso-bielorrusos Zapad 2017 son uno de los ejemplos que demuestra que el país vecino se está preparando para una guerra.
"Me sorprende que el comandante supremo de uno de los países más grandes de Europa diga estas cosas. Sus palabras son nada más que una tontería y despotismo. Tarde o temprano estas declaraciones afectarán su reputación dentro del país. Si bien ya sabemos que está por el suelo", dijo Klintsévich a los medios rusos.
Por su parte, el vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma de Estado —Cámara Baja del Parlamento—, Yuri Shvitkin, calificó de delirio las palabras del mandatario ucraniano.
"Tengo la sensación de que Poroshenko demuestra cada vez más que es mal intencionado. En repetidas ocasiones hemos declarado que Rusia nunca ha sido un agresor y nunca lo será. Sin embargo, siempre estamos consolidando nuestra capacidad de defensa", recalcó.
El político destacó que los ejercicios Zapad 2017 persiguen pulir la colaboración de Rusia con sus aliados. Según Shvitkin, las palabras de Poroshenko podrían estar vinculadas con el intento de Kiev de conseguir apoyo de los países occidentales.
"Otra vez Poroshenko trata de atraer la atención de sus patrones occidentales para obtener dividendos políticos y apoyo financiero. No puedo llamarlo de otra manera. Una persona que esté en su sano juicio no va a hacer estas declaraciones", señaló.
Los países de la OTAN en repetidas ocasiones han expresado su preocupación por la celebración de los ejercicios Zapad 2017.
Asimismo, el diputado ruso Antón Morozov consideró que al tratar de influir en el campo de la información, la OTAN busca formar la opinión pública para que apoye su ocupación en Europa. Según la opinión de Morozov, Moscú está incrementando su potencial estratégico como respuesta a la política agresiva de la OTAN.
