El martes 29 de agosto Corea del Norte realizó el lanzamiento de un misil balístico, que sobrevoló el norte de Japón y cayó en el océano Pacífico sin causar daños. EEUU y Corea del Sur criticaron con duras palabras el nuevo ensayo, y junto con Japón convocaron una sesión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU.
"A juzgar por cómo han actuado los colegas de EEUU y sus aliados en situaciones semejantes, está claro que se pueden esperar nuevos pasos hacia el endurecimiento del régimen de sanciones [contra Pyongyang]", afirmó Riabkov.
"Creemos que las maniobras, aunque en su variante 'aligerada' en comparación con el guion inicial, desempeñaron su papel en provocar a Pyongyang para realizar el último lanzamiento", opinó Riabkov.
A Rusia le preocupan las posibles consecuencias para la seguridad en el noroeste de Asia, profundizó el vicetitular de Exteriores.
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"Ya no se pueden aprobar resoluciones en el Consejo de Seguridad que no contengan una indicación directa de que una solución militar se descarte, y no excluyan la adopción de sanciones unilaterales en adición a las aprobadas colectivamente por el Consejo", explicó el viceministro.
La postura rusa acerca de las últimas sanciones: No-proliferación y solución pacífica