"Espero que no haya más (revoluciones)", comentó el ministro al intervenir en un foro en la región de Vladímir donde se le preguntó si podría estallar otra revolución de colores en el territorio de la antigua Unión Soviética.
Lavrov señaló que ninguna de las llamadas revoluciones de colores mejoró la vida de la gente.
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"Y no solo en el espacio postsoviético, sino también en otras partes del mundo donde se intenta desde afuera cambiar gobiernos y apoyar a los opositores", dijo el ministro.
"No obstante, en cada país las embajadas estadounidenses intentan influir de la manera más activa sobre la oposición incluso si el Gobierno es legítimo y tolerable", señaló Lavrov.
Según afirmó, se hace para mantener en vilo a los gobiernos y enseñarles que EEUU está trabajando también con la oposición.
"Se trata de una teoría del caos controlado: mientras más hierva el 'caldo' más fácil le resulta a EEUU poner los 'condimentos' que considere necesarios", explicó el ministro de Exteriores ruso.