"En lo que se refiere a las relaciones entre EEUU y Rusia que conciernen a los diplomáticos, nosotros lo seguimos atentamente, pero por ahora es un asunto bilateral", dijo en una rueda de prensa.
El 30 de julio el presidente ruso, Vladímir Putin, confirmó que como resultado Washington tendrá que despedir a 755 personas.
La nueva ley de sanciones estadounidense, que debe ser firmada por el presidente Donald Trump, incluye restricciones a altos cargos rusos por la supuesta injerencia en las elecciones estadounidenses de 2016, acusación que Moscú desmintió en reiteradas ocasiones.
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La ley también endurece las condiciones de financiación en EEUU para las entidades rusas sujetas a las restricciones y deja la puerta abierta a las sanciones contra las compañías europeas por colaborar con Moscú en importantes proyectos relacionados con la exportación de hidrocarburos rusos.