El auge de los vehículos eléctricos allanó el camino para nuevas 'combinaciones' de las tecnologías existentes. Un resultado de tal mezcla es el 'begalet': el carro eléctrico volador dotado con un ala flexible. Sputnik habló con el diseñador de la peculiar aeronave, el ingeniero Aleksandr Begak, para conocer todos los detalles.
"El 'begalet' es un carro eléctrico capaz de volar mediante un ala flexible, parecida a las de un parapente. (…) Cómo el piloto se encuentra dentro de una cabina ergonómica, y la aeronave tiene todo el arsenal de equipos de navegación, los especialistas lo califican, de hecho, como 'un avión ligero con ala flexible'", explica el creador.
Begak mismo es aficionado a la aviación con muchas horas de experiencia de vuelo. Interesado en aumentar la seguridad y el confort de las aeronaves ligeras, empezó a probar las primeras variantes de los 'begalet' ya en 2002. En 2003, uno de los prototipos de la aeronave alcanzó el campamento ártico ruso de Barneo, cerca del Polo Norte, probando con certeza la viabilidad del concepto.
La Defensa rusa, también, notó el potencial de la tecnología y ordenó la creación del aparato anfibio Triton para las unidades especiales.
También le puede interesar: El vehículo ruso para operaciones especiales Eskadron se deja ver por primera vez
Hoy en día, tras sustituir el motor de combustión interna por un eléctrico, el diseñador planea lanzar la producción masiva del aparato.

En su mayoría, los begalet son monoplaza o biplaza. Vuelan a la velocidad de 70 kilómetros por hora —"no muy alta", admite Begak— y se aceleran en la tierra hasta 100 kilómetros por hora.
Su radio de alcance terrestre varía entre 50 y 200 kilómetros, según el modelo, y puede volar en una recarga hasta 350 kilómetros.
Para despegar y aterrizar necesita una pista muy corta, "hasta tan solo 5 metros si el tiempo lo permite", afirma el ingeniero.
Vídeo: ¿Tardas demasiado para llegar al trabajo? ¡Construye un avión casero!
La mayor desventaja del aparato tal vez sea su 'vulnerabilidad' ante la velocidad del viento: un piloto novato se sentirá incomodo ya con 7 metros por segundo mientras un experimentado podría manejar en las condiciones de hasta 10 metros por segundo.
"Los begalet requieren un certificado de un piloto aficionado para volar oficialmente en Rusia o en el extranjero. Y en cuanto a los viajes terrestres, [según las leyes vigentes en el país] se considera un transporte eléctrico de baja potencia y se somete a las mismas reglas que una bicicleta", explicó Begak.

Fabricado en Rusia
Las aeronaves se fabrican en el sur Rusia, en la ciudad de Piatigorsk (krai de Starvopol). El 90% de todas las piezas es local mientras una parte de los componentes electrónicos, así como las baterías, se compran al extranjero.
Actualmente, todos los begalet se producen individualmente, según las peticiones de los clientes. Por eso varía la construcción, las capacidades y el precio.
"Es posible comprar un begalet hoy: basta dejar un pedido, acordar el diseño y esperar unos seis meses. Pueden costar entre unos 8.300 dólares a unos 33.500 y más, según lo que desea el cliente", recopila el ingeniero.
Los modelos vigentes están presentados en la página web del proyecto, disponible en ruso.
Lea más: Motos eléctricas rusas a la conquista del mercado mundial (fotos, vídeo)